Pequeñas Decisiones.

Es increíble como un hecho pedorro e intrascendente como una llamada telefónica puede torcer el rumbo de la vida.
Viviendo en BsAs sonó el teléfono en el departamento en el cual vivía. Era un amigo ofreciéndome un laburo en un fondo de inversiones.
Agarre viaje. Al tiempo me entero que en un fondo de otro banco laburaba una mina de Tandil, la cual conocía pero de vista, muy poco. La conocía como conoces a la gente en una ciudad chica.
Por laburo la conocí un poco, pero igualmente era muy poco lo que sabia de ella.
Una semana santa me fui a pasarla a Tandil, más que un viaje religioso, fuí a visitar a mi familia y a mis amigos.
El viernes santo después de un soberano asado decidí salir.
En el pub bailable, la encontré a esta mina que laburaba en el fondo de inversiones y la salude. A su lado estaba una amiga de ella, a la cual yo conocía, pero solo de vista, de verla por la calle. Era una de esas minas que están buenas, de las que pensás, no me va a dar bola a mi.
La salude y me puse a hablar sin ninguna intención.
Es muy loco como una cadena de simplezas te cambia la vida.
El hecho de haber atendido el teléfono y haber ido a esa entrevista de laburo y posteriormente el hecho de haber ido a ESE pub ESE viernes fueron determinantes en la historia de mi vida.
Hoy, nueve años después, es la madre de mis hijos.